Ayer que llegamos a casa de mi papá escuchamos que un gato lloraba. A las horas uno de los dos gatos de Pablito estaba en la puerta.

Es que los gatos huelen. Por eso me dijeron en el trabajo que me los tenía que llevar más lejos. Dijo mi papá.

Llegó en navidad y sólo por ser navidad lo dejaron pasar la noche en la casa... ¡Será? Vamos a ver qué pasa.

Por lo pronto no tiene ya arenero!! uuuuuich