Un día en el mundo virtual decidí llamarme anonimita porque cruzaba por un momento en el que quería seguir escribiendo en internet pero no quería ser identificada. Cerré mis otros blogs porque pensaba que eran demasiado personales y entonces abrí este. Tardé un año en agarrarle amor ya que estaba muy encariñada con Mi espacio azul, que así se llamaba mi anterior blog. En una primera etapa trataba de escribir cosas que no fueran personales. Después simplemente fue inevitable. Entonces me rendí y me puse anonimita para seguir escribiendo y para esconderme. Así me mantuve por un tiempo hasta el día que le confesé a un amigo que tenía un blog. Ese día empecé a salir del disfraz de anonimita. Estaba nerviosa por ser leída. Es algo así como compartir las cosas que has guardado en un baúl del que sólo tú tenías las llaves.
Después de ese día he seguido escribiendo con más ganas y ahora me gusta más ser anonimita en el mundo del internet.