Gente nueva

Hoy una mujer me contó un trocito de su historia mientras hacíamos una fila para entregar unos documentos.

Ella estudió medicina y trabajó varios años como doctora y ahora está estudiando gastronomía. "Yo amo la medicina así como también amo cocinar, por eso ahora estudio para ser chef, no quería quedarme con las ganas", me dijo.

Sus palabras causaron un eco en mí y recordé esta idea que traigo desde hace días (quizá meses o incluso años) y que más bien he vuelto un dilema que siempre termina en la misma pregunta: ¿sigo por aquí o doy el salto por allá?

"A mí me dan ganas de estudiar teatro", le confesé. "Quizá el próximo año me anime porque este año estuve a punto de dar el salto y al final decidí no hacerlo porque hacerlo implicaba perder un vuelo de avión que acababa de comprar y perder una oportunidad de empleo".

"El próximo año lo hago", me repetí para mis adentros. E inmediatamente después de eso, convertí mi afirmación en duda: ¿El próximo año lo hago?

La voz racional me cuestionó: "¿De qué vas a vivir si lo haces?".
"Ya me las arreglaré", respondió retadora la voz que llamo locura.

La fila avanzó y me despedí de la mujer. Mientras llegaba mi turno pude imaginarla convertida en una famosa chef.